Kon motivo del Festival Swingers, soy la bienvenida a Jennifer,
que desde su blog Jennifer en Superficial nos trae un post
que a más de uno es capaz de ponernos "rojitos"...
Espero k lo disfruten.. Saludos Dayann
Seeee, ya se que van a decir, "otra vez esta escuincla quinceañera que no sabe que hacer con su sexualidad", pues una cosa si les digo:- Ay pa` la otra, y si, la disfruto como me agrade y sin dañarme!
No quería hacer un post sibre lujuria, sino sobre ira y todo el rollo, pero este viejo escrito ya lo andaba tirando y que mas da, le cambie muuuchas cosas. Gracias por recibirme en este espacio tan bonito sobre todo a Orgía Kasual, que ha como me gusta leer, gracis y que diosito me los quiera mucho!!!!
"CAROLINA Y YO"
Se fue serenando hasta que estuvo tranquila. Yo la contemplaba, se veía preciosa. Respiraba pausadamente. Por fin abrió los ojos… e iluminó la estancia con su sonrisa.-Estuviste maravillosa -dijo.
-Contigo es fácil – contesté.
Ella estaba agotada. La tomé, me puse boca arriba y la ubiqué en mi pecho, sabiendo el gusto que tiene por mis senos. Pero ella no se recuperaba, apenas intentaba algo se desplomaba. Me sorprendió; siempre se restablece rápido.
Intenté reiniciar, pero me rechazó. Quería hacérmelo ella.
- Una mujer no puede quedarse así excitada es incomodo aguantar las ganas - me informó.
-Supongo ¿Lo dices por experiencia?- y solté a carcajadas.
- Mejor no rías-
No contesté, pensó que me burlaba.
-Tú tienes la culpa– dijo molesta.
No hice comentario.
Suavizando un poco el tono dijo:
-Termina de desnudarte, mujer, quiero verte en piel, sólo te gusta estar en interiores y tenernos-
- Nunca pensé que pensaras así Carolina…- dije mientras me pasaba los brazos por detrás de la cabeza mirando el techo
Fuera de lugar los comentarios, estaba claro que lo había dicho en alusión a mi gusto de que el sexo sea precedido por momentos. A pesar de lo poco sensual que me pareció, me quité la ropa interior, que efectivamente aún llevaba puesta.
-¿Mejor así?- le sonreí conciliadora.
Asintió. Se acomodó y con un gesto me invitó a que me ubicara a su lado.
-Perdón -dijo.
Moví la cabeza en señal de aceptación. No quería mencionar nada que propiciara una discusión. Con ella pasaban horas y estábamos ahí y ahí, dando vueltas al mismo punto.
Sentí sus manos acariciando mi cabeza, sus uñas pasando por mi espalda, como quien acaricia algo preciado, ahí era yo su fetiche. Me movía imitando a una que se acomoda en el regazo de su dueña, hasta ronroneaba. Ella reía divertida. Como me gusta ser tocada por esta mujer, sabiendo también, que a ella le gusta sentirse a cargo.
Intenté acariciarla pero no me dejó. Obedecí y me mantuve quieta.
Seguía sintiendo sus caricias en mi espalda. Empezó a delinear mi rostro, sentí sus uñas acariciar mis ojos, siguió en recorrido hasta el oído y revolvió su interior. Sentí un hormigueo por todo el cuerpo y gemí.
Levantó mi cara:
-¿Te gusta?- preguntó.
-Sí- contesté.
Se inclinó, entreabrió sus labios e introdujo su lengua en mi boca con suavidad. Le correspondí, comí sus labios de manzana y bajé en un segundo desde lo alto la montaña. Mi chica también besaba con delicadeza. Qué diferencia con la forma violenta con que lo hace cuando está excitada. Jamás sentía esta sensación con hombre…Tal vez, por que una mujer, y mas como Carolina, sabía que sentías y cómo hacerlo sentir…
Su mano se movía magistralmente por mi torso; sin tocar las aureolas. Retrocedió el andar de la mano hasta que se posó en mi boca. No sabía que quería que hiciera. Esperé. Tenía los labios cerrados y ella pasaba sus yemas por ellos trasmitiendo electricidad. Insistió y abrí la boca; su dedo lamí, imitábamos la penetración, se excitó mucho, empecé a sentir sus uñas en mi carne. Me acomodó boca arriba y posó un beso en mis senos. Me olfateó. Al sentir su rostro en mi axila gemí con fuerza. Ella siguió aspirando mi olor en el cuello. Me dejé hacer y me aferré a ella. Sentir su respiración agitada, agitó la mía.
-Apetecible…eres una mujer muy apetecible-dijo bajo en el oído.
Me estremecí al escucharla.
-¿Estás?- preguntó.
-Sabes que sí- le contesté mirándola.
-¿Qué quieres que te haga?- dijo con voz entrecortada.
-Por mi haz lo que te plazca Caro…-
Se relamió y con sus dedos de muchacha trabajadora empezó a acariciar mis senos. Yo arqueaba mi cuerpo buscando ansiosa el contacto. Me tomó ambas manos y las fijó a los barrotes de la cama:
-Quédate así hasta que yo te diga-ordenó
Asentí.
-Ábrete más- indicó.
Obedecí, se ubicó entre mis piernas. Acaricio mi vientre con ambas manos, apenas si sentía el contacto pero que excitante era. Bordeó mi contorno con sus palmas, acariciando suavemente mis caderas… se detuvo, aumentó la presión hasta que las aprisionó con firmeza:
-Esto (agarrando mis caderas)… fue lo que me gustó…cuando te vi. … -
¡Qué distinta era la sensación ahora! Tanto tiempo que tenía deseándola, y ahora ella me correspondía.
Yo empezaba a retorcerme agarrada a los barrotes. Mi chica me acariciaba con la punta de los dedos, por fin sentí el contacto en ambas aureolas. Exhalé como un búfalo. Apretó los pezones aumentando la fuerza…ohh…esa mezcla de placer y dolor. Con mis manos sujetando los barrotes, mi espalda se arqueo y giraba de un lado hacia otro, buscó uno de mis senos y pasó la lengua por mi carne sensibilizada. Me tenía hecha un amasijo. Ni siquiera se comparaba a cuando Marte o Venus me hacian el amor...
-Ahora- pidió.
Liberada, la atraje hacia mí con fuerza y seguí moviéndome bajo su cuerpo. Ella pasaba la lengua por mi pezón. Sólo hacia eso. ¡Qué gusto!
Nos movíamos acompasadas, el cuerpo se me siguió derritiendo. Relajé un poco la fuerza del abrazo, ella lo notó y busco mí otro pezón, enterraba mis manos en su espalda…transportada.
-Nunca había logrado imaginarme complacerme contigo… ohh-
Ella hizo una fiesta en mis senos. No usaba sus dientes, aun siendo ella una pequeña adolescente inexperta para cuando nos teníamos cuerpo en cuerpo, demostraba ser la más fina diosa del placer. Cuando se demoraba más de lo que yo quería la guiaba hacia el otro. Atraía su cabeza hacia mí, buscando aumentar el contacto. Mi chica tenía sus ojos cerrados, con una mano en el seno lo succionaba, concentrada en lo que estaba haciendo, disfrutándolo también.
Sintió mi mirada y abrió los ojos.
Sentía el contacto de su vientre en mi vulva húmeda, pero no apuré nada. Estaba disfrutando de esa boca. Quería extenderlo hasta donde fuera posible.
La estaba gozando.
Le dije cuanto me gustaba lo que estaba haciendo, lo bien que se sentía, le pedí que siguiera, que no parara…
-Sí… sigue así…Carolina.-susurré.
Ella restregaba su cuerpo contra el mío, como una leona en celo.
Le imploré: que me pasara la lengua, que me mordiera suavecito, que siguiera así… así.
Excitada exclamé:
“¡Que Dios te bendiga esa boca, muchacha!”.
Sabía muy bien lo que yo disfrutaba. Lo supo desde aquella noche que estuvimos juntas por primera vez en la fiesta de pijamas que ofrecí.
-Necesito…ya no podía más- me susurro entre gemidos eróticos…
-Ponte en tus rodillas-le dije
Sin mediar palabra introduje dos dedos en una vagina que rebozaba. Con mi brazo libre la sujete por las caderas y siguió mamando de su seno. Ambas sabíamos lo que teníamos que hacer. Yo me movía contrario a su mano y ella empujaba rítmicamente. Se escuchaba el sonido húmedo de la penetración. Ella se separó:
-Eso es…muévete… -dijo lascivamente
Supe que estaba a la puerta y aumente la rapidez en la penetración. Sentí la oleada de calor, hice un arco hacia atrás, me aferré a su hombro y luego…el desborde…imparable. La sensación de placer provenía de mi vagina y se propagó por todo mi cuerpo. Los espasmos remecían mis caderas. Me apoye sobre mis rodillas y los hombros de mi mujer, que esa madrugada había tenido un desempeño impecable. Ella me sujetó cuanto pudo, pero todas maneras caí sobre ella. La sentía moverse debajo de mí, como pude sostuve mi peso hasta que se liberó. Sentí sus brazos rodearme, el cuerpo me temblaba por el orgasmo.
Al rato, una sensación de bienestar se apoderó de mí. Me recuperé, pero nos mantuvimos abrazadas.
-¿Te dormiste?- preguntó
-No-
Levanté la cara y besé su pecho.
Noté que ella esperaba que dijera algo, así estuvimos unos segundos.
-Oye…no seas maleducada y dime lo genial que estuve- bromeó.
-Jovencita, para ser una niña, sus habilidades fueron precisas- dije feliz
-¿En escala de 1 a 10?- siguió bromeando.
-Definitivamente: 10- dije sin bromear en lo absoluto.
Lo que nos llevó a tratar de levantarnos para seguir trabajando en nuestra exposición de mañana
Gracias Jennifer por tu kontribución y
bienvenida a este tu espacio, sientete como en kasa!!!
8 comentarios:
Muuuuuyyyy bueno, felicidades y sí creo que ruborizá a más de uno, uffff.
Saludos a Dayann y a la invitada Jennifer.
¡Extraordinario relato y muy estimulante, por cierto!
Rojitos!!!!!!!!! acalorados diria yo!!!
ayy que cosas!
Jennifer me dejas sin palabras! genial post!!!
para nada eres un escuincla!!! mi querida Jennifer, un abrazo!!!!!cuidese!
Dayann Saludos y un arazo a ti tmbm!
Gracias, si lo notaron me equivoque porque en una parte dice que es de madrugada y yo menciono que estamos juntas para la exposicion de un trabajo...
Pero gracias por sus comentariops, me hacen tan feliz como Presidente corrupto de mi pueblo...jejeje.
Saludos, cuidense y cuidense!
Me he quedado con el ojo cuadrado, incluso creo que más que eso, sorprendido srita lalá, ahora si que; uh lalá!!!!
Saludos y abrazos...
Jennifer, me asombras cada dia escribes mejor, sabes plasmar el sentimiento, la sensualidad, el amor, la pasión y quiero escribir como tú...Me das unas clases particulares? Je! Un beso a ti Jennifer y también un beso a tí Dayann
muy buen relato... no te habia leido antes y eres buena... un abrzo
nice post!, Me agrada tu estilo Jennifer!
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